En el pueblo todos hemos tenido maestros de la vida, y todos, en algún momento, lo seremos de otros más jóvenes.
Los maestros varían; dependen del barrio donde se viva, de la calle en la que esté el corral al que se va a diario, o el huerto, de la puerta a la que tu familia vaya al filandar... Pero hay una persona de la que hemos aprendido unas cuantas generaciones, vivamos en el barrio de arriba, en el de abajo o en el del medio.
Entre estas dos fotos habrán pasado un par de décadas y, sin embargo, el entusiasmo es el mismo.
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