miércoles, 26 de noviembre de 2014

Para poder recoger el pan primero, había que sembrarlo. Llegado el tiempo, se preparaba la pareja y se iba a las tierras a arar.














Esta entrada y la de la era se merecen comentarios de los que conocéis los nombres de los trabajos, de las herramientas, de los momentos; y, por supuesto, reconocimiento de los retratados.

LA ERA

La vida de los vecinos giraba en torno al pan, sobre todo en verano: la siega, la trilla, limpiar, recoger, acarrear... y como punto central de todas estas labores, la era. A la era iban y de la era partían.

En la memoria de los que, de un modo u otro, lo vivimos permanecen las imágenes, los sonidos, los olores; el traqueteo de los carros, la muña cubriendo las calles,  el mugido de las vacas, las voces de los vecinos guiando a los animales, el esfuerzo, el trabajo, la vida.




Dos perspectivas distintas de una era llena de vida.






Primeros planos de los trilladores.



Tras la trilla, había que limpiar aprovechando el aire.

Año 70-71
Y balear.







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miércoles, 19 de noviembre de 2014

GENERACIONES

En Moldones es muy raro andar solo. La gente se junta, da igual la edad o donde se viva.

A estas fotos habrá que dedicarles tiempo. Ampliarlas y a ver quién es quién.




En la escuela








En los años 70


                                                                      



Agosto de 1985

RAPACES

El pueblo es la libertad para los rapaces. En Moldones sólo hay que cumplir con la hora de la comida y la hora de la cena. En cada casa una hora distinta, pero inamovible y de obligado cumplimiento. El resto del día, únicamente hay que rendir cuentas a los amigos.


Y mientras los rapaces se divierten, los mayores siguen con las jeiras. Aquí arrequedando agua en el pilo del medio, cuando el caño aún estaba en el centro. Esta foto es del año 1971.

VECINOS

Las personas hacen Moldones. En esta entrada, retratos individuales de vecinos del pueblo. Cada foto tomada en momentos distintos y en diferentes lugares; pero las tres llenas de vida, invitándonos a intuir sus circunstancias.




Con dedicatoria desde las américas. La emigración también tocó a Moldones.





Con la ropa de domingo en la capital.










Pillada con el mandil y las cholas.


martes, 18 de noviembre de 2014

EL CALDO


Llamar a la comida, sea cual sea, el caldo es lo normal para uno de Moldones.

De pequeña en Sestao, un día le dije algo a mi madre del caldo delante de gente que no recuerdo quienes eran pero que, seguro, eran personas muy finas; al llegar a casa, me dijo que no volviera a llamar a la comida así delante de gente de fuera. Por supuesto, no entendí el porqué.

Con los años la comprendo. Nuestros padres querían que supiéramos más que ellos, que llegáramos más lejos que ellos; y para eso teníamos que hablar como los de la capital. Pero en mi casa, la comida siempre ha sido el caldo; y nada sabe mejor que un caldo de casa hecho por la madre o la abuela.
Y si está hecho en la cocina del pueblo, a la lumbre y en pote está todavía más rico.

Las fotos de esta entrada no necesitan ningún comentario, sólo mirarlas y dejar que evoquen momentos, recuerdos y sensaciones con cada detalle.


















Una de estas fotos lleva la fecha 14-4-1969

FAMILIAS

Decir pueblo es decir familia. Y las fotos de familia son habituales.

En ocasiones la foto era formal. Los padres y los rapaces en una pose repetida por muchas familias de la época.



Otras fotos recogen momentos más cotidianos.




Asomados a la puerta de casa, interrumpidos en los quehaceres diarios.











Abrazados, representando los lazos de afecto que los unen.






O en un rato de charla y juegos en la puerta.











EL DÍA DESPUÉS

Pero, ¿qué ocurre después de la boda? ¿Cómo son los días que siguen a la alegría de la fiesta?




Toca quitarse los trajes guapos y ponerse las cholas.








Y esperar la llegada del primer rapaz.














QUE 50 AÑOS NO ES NADA

El 16 de agosto de 2014 habían pasado 50 años, y como dice la canción no son nada. Así que los novios estaban dispuestos a repetir. Florentina se pone el mismo traje que 50 años atrás y Martín y ella vuelven a darse el sí. ¡Enhorabuena!




EL DÍA DE LA BODA, JESÚS ¡QUÉ ALEGRÍA!

La alegría el día de la boda sigue por la tarde. Y el carro no puede faltar.


Los 80 o los 90, da igual; las novias han de saber mantener el equilibrio.



Una medida bien bailada tampoco falta en las bodas de los moldoneses.



EL DÍA DE LA BODA, JESÚS...

Bodas hubo y habrá siempre. Y prácticamente la única diferencia es el color en las fotos. Porque la manera de celebrarlas no ha cambiado nada.






Los novios siguen saliendo nerviosos de su casa a buscar a la novia.









Los padrinos son indispensables, y en Moldones han de ser los de bautizo.  
Boda doble en la década de los 50.

Y tras la ceremonia, la celebración con los amigos, la familia y los vecinos. Y el tambor.


Esta foto está sacada el día de la boda de Araceli Ferrero y Pedro Martín en Moldones paraje calle La Fuente ventana de Manuel Murillo.







lunes, 17 de noviembre de 2014

LA IGLESIA



La iglesia parece que siempre haya estado igual.

Pero no, ha sufrido pequeños cambios en su apariencia, aunque a veces sólo se recuerden al ver fotos.


Para los que no se hayan fijado en una de las fotos de la entrada del cartero, aquí va otra en la que se ve que las verjas no siempre estuvieron allí.
No recuerdo el año exacto de la boda de Isabel, pero en los primeros años de la década de los 70 seguro. La trenka y mi edad no engañan.



Por dentro también ha habido cambios.



EL CARTERO

El cartero era, entonces, una de las personas más importantes en el pueblo; traía noticias de fuera, buenas y malas; era el enlace con la administración para papeleo vario; el periódico venía de su mano y, sobre todo, las cartas de la familia que estaba en la capital. Y una charla con él era casi inevitable.



El cartero de Moldones fue durante muchos años Eleuterio. Conocía a todos los vecinos; a los residentes en el pueblo y a los que venían a pasar las vacaciones, a los mayores, mozos y rapaces,



El CORRALÓN

El Corralón es una de las calles de Moldones. Con vida propia, como todas las del pueblo. Bueno, y ésta, hasta con fiesta; pero lo importante de las calles del pueblo es que en ellas se hacía, y aún se hace, la vida.

En esta foto podemos ver la esencia de esta calle. La ti Leonor aprovecha el sol para pelar las patatas para el caldo y sacar a los pollitos, Feli viniendo, seguramente, de hacer alguna jeira; al fondo, un vecino con su perro y alguien en la puerta de José.

Las fachadas de las casas puede ser de lo que más haya cambiado; se iban adecentando y poniéndolas guapas.



Vecinos cada uno a lo suyo. ¿Quién es el rapaz que está jugando agachado?
Esta imagen sólo se puede ver en el pueblo.